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miércoles, 2 de junio de 2010

Momentos de ocio

Les dejo un cuento para que lean y opinen. En breve voy a subir un post como los de antes al Blog, solo aguarden un rato !



                                                                              Momentos de ocio



-“Está en Cancún con las amigas, le dí la plata para que invite a 3 y se fué. Creo que ya en 1 o 2 días estará de regreso en casa. Así es la vida de dura viste, papá” Le decía Leonel, café mediante, a Ernesto, su padre, que miraba sin saber que había hecho mal pero teniendo en claro lo que había hecho bien. “Se aprende de los errores y no de los aciertos, que suerte la mía” pensaba el mas grande los Biondi.
            Aquel hombre de veinticinco años, delgado, de metro ochenta de alto y una espalda digna de amante del gimnasio, estaba en la soledad más pura y espantosa, pero sin sufrirla. No le molesta ni le preocupa el hecho de llegar a su casa y estar solo, aún luego de tomar un café con su padre, el único familiar directo con el que no está peleado por algún motivo que, por lo general, era económico.
            Amanda era novia de Leonel desde hacía ya tres años, disfrutaba sus vacaciones en el exterior con sus compañeras de viaje, y sabe que al volver la espera una vida llena de lujos y, sobre todo, dinero para obtenerlos. Con un rostro hermoso y un físico que inspiraría a cualquier escultor, no se privaba de pedirle a su novio el dinero que ella creía necesario. No sólo le pedía lo que ella quería, si no que también le suplicaba a su marido que deje un poco de lado la empresa metalúrgica que tantos lujos le permitió obtener y se dedique a darse un tiempo de descanso, luego de 2 años ininterrumpidos de trabajo.
            -“El boliche esta increíble, no paramos de crecer y encontramos una nueva forma de reducir costos en la fabricación, con lo que vamos a ganar casi un 32% más en comparación con el año pasado” Contaba, feliz, Leonel a su padre, que lo miraba con tanto orgullo como confusión. Las charlas seguía recorriendo diversos temas y momentos que vivieron juntos.
            -“¿Te acordás, viejo, del gol de Rocchia? Como gritamos ese día, todavía me da escalofríos”.
 Como iba a olvidarse Ernesto de aquel gol en la final contra Quilmes por el título del Nacional 1982, cunado Ferro ganó 2 a 0 y se coronó campeón. El frío en la cancha de Ferro era acorde a la época, allá por finales de Junio de 1982. En una esquina de la popular en la cancha de madera, que parecía quebrarse con cada salto que daba la gente, estaban padre e hijo entre miles de personas.  Ni siquiera el frío lograba apaciguar el orgullo y la felicidad de los hinchas del campeón, ni mucho menos borrar de la memoria el abrazo y explosión en llanto de Ernesto con su hijo, recuerdo tan hermoso como inolvidable para ambos.
Tres años mas tarde ahí están, sentados en la esquina oscura de algún bar del barrio Caballito, tomando un café cada uno y dialogando sobre el campeonato del club de sus amores, la vida empresarial de Leonel, su enorme momento económico, haciendo un repaso general de momentos vividos juntos, hasta que el padre no aguantó mas y le preguntó: “Hijo, por qué no te vas de viaje un tiempo, agarrá el auto y andate, no pienses a donde si no como llegar a ese lugar que te merecés”, pero Leonel dijo estar demasiado ocupado con la fábrica, que no puede tomarse un segundo de descanso ni ahora ni en mucho tiempo más. Aun así, Ernesto insistió con su idea. “Al menos relajate cuando llegues a tu casa, no sigas trabajando. Tenés que tener más momentos de ocio, de paz, de pensar en la vida, que va más allá de la plata y el trabajo. Mirate, sos un hombre con mucho dinero, una mujer hermosa que te es fiel, una casa que se asemeja mas a un hotel que a una vivienda, un auto que brilla por su lujo y no disfrutás de absolutamente nada”  reclamaba el viejo.
 No era para menos el enojo del mayor de los Biondi, es un ex-policía que durante sus años de ejercicio supo llevar el escudo de la Federal y hacerlo respetar, estando en serio al servicio de la comunidad, y, sin embargo, jamás pudo ahorrar lo suficiente para un viaje al exterior como siempre lo soñó. La transformación en la cara de Leonel, luego de las palabras de su padre, fue tan lenta como pronunciada, pero no así su reflexión. “Es una lástima que me digas eso, me maté trabajando para conseguir todo esto y ahora decís que no lo sé disfrutar, no entiendo ni me queda claro por que me lo decís ahora y no antes” dijo Leonel con un tono algo furioso. “Porque estoy viejo y no me doy cuenta rápido de las cosas, me gusta analizarlas.” Respondió Ernesto. Las excusas de Leonel no fueron muy válidas para el padre, pues siempre se basaban en la fábrica y el dinero, jamás ponía en consideración un instante de paz o relajación interna y eso era lo que lo enfurecía pero hacía reflexionar a Ernesto. “Hijo, no te hagas problema, algún día sé que vas a cambiar y te vas a dar cuenta de lo que te digo, disfrutá tu dinero pero pensá también en todo lo demás que, aunque lamentes escucharlo, es lo mas importante. Me duele mucho verte peleado con tus hermanos, y aún así trato de no pensar en eso y disfrutar segundo a segundo con cada uno de ustedes. Hoy, solo por hoy, hacé la excepción y cuando llegues a tu casa, pensá en la vida y metete en tu interior. Sé que podes hacerlo”. Después de pensar en silencio unos segundos, Leonel se fue al baño. Al regresar el padre no estaba más, pero había dejado cinco pesos y una nota que decía: “Hijo cuando vuelvas del viaje nos volvemos a ver. ¿Podes poner 1 peso que falta para el café? Es que me quedé sin plata”. Papá. 

2 comentarios:

Belu Cleta dijo...

Me guuuuuuuusta que el mensaje sea NO A LA VIDA ADINERADA, NO AL CONSUMISMO, NO A LA AMBICION.

bah, al menos asi lo interpreté.
te amo mi vida, me encanta que escribas. tendrias que actualizar mas seguidiiiito ja.

besote, belu.-

Victoria dijo...

Me gustó este texto. Habría que corregirle algunas cosas, pero la idea central es potente y está bastante bien escrito. Felicidades.